Santiago de Cuba, agosto 18.-
El jazz o la base de este ritmo, sin lugar a
dudas una de las manifestaciones musicales más universales, pudo haber llegado
a Cuba junto con las tropas de Estados Unidos desembarcadas aquí en 1898, en
ocasión de la Guerra Hispano-Cubano-Norteamericana.
Este y otros elementos consustanciales de la afirmación precedente han
tomado cuerpo en la ciudad santiaguera, a medida que ponen a punto el Iris Jazz
Club, un recinto de acabado excepcional en el centro de esta urbe sur oriental
de Cuba, que estará consagrado a las presentaciones artísticas de jazzistas del
país e invitados extranjeros.
UNA JOYA EN LA PLAZA DE MARTE
Como admirable y funcional, y a la altura de las figuras que pasarán por su
escenario, puede calificarse el Iris Jazz Club, exactamente ubicado frente al
céntrico parque de la Plaza de Marte.
Aunaron esfuerzos y han puesto a punto una "joya", la Fundación
Caguayo, dirigida por el célebre escultor Alberto Lescay Merencio: numerosos
artistas de la plástica, integrantes de la Asociación Cubana de Artesanos
Artistas (ACAA), y organismos e instituciones santiagueros.
Porque la única denominación que se ajusta al "Iris..." es la de
una joya, cuando se observa el mural pictórico y cerámico que sirve de respaldo
al escenario, o el camerino, o el salón para casi 100 personas, las mesas bien
dispuestas, los sillones al estilo de los famosos "pulman"...
Hay un nivel superior en el salón central, a modo de balcón, que también
tiene mesas y está junto a la cabina de audio. Y el bar Emiliano (por
referencia al joven e inolvidable pianista y jazzista Emiliano Salvador, músico
irrepetible) sobresale por el buen gusto en su diseño, similar al de la
cafetería Jazznamá, donde incluso se mostrarán exposiciones, como la que hoy ocupa
espacio allí, salida de la creación del caricaturista Pérez López o
"Chicho" como se le conoce, artísticamente hablando.
El será un santuario para músicos cubanos y extranjeros, y para todo aquel
amante del jazz en Santiago de Cuba, urbe por donde afirman algunos, entró a
Cuba el conocido ritmo musical.
Cuentan que con los soldados norteamericanos desembarcados por Daiquirí y
Siboney cuando la guerra Hispano-Cubano-Norteamericana de finales del XIX,
llegó al archipiélago lo que sería el jazz, para amenizar las noches en los
campamentos norteños levantados cerca del litoral santiaguero.
Otras fuentes --norteamericanas y muy serias por cierto—señalan que
franceses llegados a esta región con sus esclavos, procedentes de Haití para
alejarse de la Revolución haitiana, finalmente no se adaptaron al país y
siguieron rumbo a la Luisiana, a Nueva Orleans, a donde llevaron ya con
influencia cubana y africana, el ritmo que luego sería el verdadero jazz. Es un
buen tema para investigadores y musicólogos, conocer qué hay de cierto en la
afirmación de que emigrantes salidos de Santiago de Cuba llevaron la base del
ritmo a la Luisiana.
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Pero si el jazz entró o no por aquí no es lo que cuenta. Lo importante es
que la ciudad, la segunda en importancia del país, dispone de un nuevo espacio,
concebido para dedicarlo a manifestación musical tan internacionalmente famosa.
Francisco Miyares, director general del Complejo Cultural Iris Jazz Club, y
el laureado cantautor José Aquiles Virelles, organizador del Consejo Técnico Asesor,
son puntales del proyecto.
"Este Complejo –puntualiza Aquiles--, consta de tres partes: el club
de jazz (que funcionará de las 21:00 horas hasta las 02:00 horas), sección
donde se desarrollará el objetivo principal del lugar: la música en vivo, y donde
se proyectarán videos...
"Está el bar (de las 10:00 horas a las 02:00 horas), que recibirá
clientes y estos, si lo desean, pasarán al club; y una tercera sección, la
cafetería (abierta las 24 horas del día), ambientada con música y elementos del
jazz y su historia. Así surgió la idea de este proyecto, hoy casi está
materializado."
En lo que fuera la popular cafetería La Iris, de principios del siglo XX,
ahora nace un punto excepcional de la ciudad, en que todas las opiniones y
observaciones han sido tenidas en cuenta: de músicos, de artistas de la
plástica: Albertico Lescay, Arnaldito Lescay, David Virelles, René Domínguez,
Juan Chacón, Julio González...
Impresiona el mural de Miguel Ángel Lobaina y Carlos René Aguilera; la
decoración, la ambientación y el diseño han estado a cargo de la Fundación
Caguayo, del arquitecto Limonta; la ACAA ha estado aquí, también, el artesano
Rojas se ha encargado de todo lo de hierro: las lámparas, el soporte de las
luces, la marquesina... Por donde sale el sonido está en medio de un entramado
de herrería...
Sobresale el uso de la fotografía, de ahí que en ese aspecto, falta muy
poco de lo que vale y brilla del jazz en Cuba y el mundo.
"Hace dos años, en el Teatro Macubá del grupo de Fátima Patterson, en
la calle Enramadas, se empezaron a dar los primeros pasos para sostener una
programación bien pensada, bien diseñada y que fuera coherente con lo que en el
futuro ocurriría en el Club. De esa manera se encuentran listos para el Iris
Jazz Club, grupos como Influencias, dirigido por Orlandito Fuentes y ganador
del Premio Jojazz'2011, con Eduardo Bringues (trompetista), ganador también en
instrumentación; el grupo Somos de Cuba, con Iván Acosta al frente; Zulema
Iglesias, el Trío Acorde, de Palma Soriano; el cuarteto de saxofones Magic
Quarter, un proyecto de la trovadora Adriana Aseff, el River Jazz, de la vecina
provincia de Granma..."
Luminarias cubanas como el gran Chucho Valdés, el eternamente creativo Boby
Carcasés y su hijo Robertico; César López, Manzano, Oscar Valdés... y otros por
el estilo y rango encabezan la lista de quienes pasarán inmediatamente por el
Iris Jazz Club.
Quizás por eso no cesa de sonar el teléfono, con llamadas desde casi todo
el archipiélago. Y son figuras de renombre que quieren estar en los programas
del Club, ya casi un emblema del jazz en Cuba.
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La cristalería y los marcos en las puertas y ventanales del Complejo; la
pintura sobria, la marquesina, y los elementos decorativos, lumínicos y
fotográficos adosados en la acera alrededor y en las paredes exteriores,
imprimen a la antigua "Iris" una fachada exclusiva, en que lo moderno
apenas altera la arquitectura de inicios del siglo XX.
Miyares es el coordinador general de las dos actividades esenciales en la
unidad: de la Empresa Provincial de Contratación de la Música y los
Espectáculos y de la Empresa Compay Thiago. La primera viene a ser "la
dueña" de la instalación, y la segunda se encargará de la gastronomía,
para lo que dispone de equipamiento nuevo y moderno.
"El atractivo del lugar está no solo en su interior sino también en el
exterior, por ejemplo en las planchas de bronce en el suelo, que son resultado
de un concurso internacional convocado por la Fundación Caguayo.
"Las exposiciones serán rotativas; habrá temas sobre la geografía de
la ciudad, sobre personajes de la ciudad; hoy, en la parte de arriba, en el
interior, hay grandes cuadros del artista Puyú y de otros consagrados de la
plástica... La fotografía es otro elemento esencial, de modo que todo un
segmento interior está ocupado por fotos de destacados intérpretes y
ejecutantes del ritmo que da nombre a la instalación.
"Es innegable la calidad del trabajo de los constructores de la
Empresa Provincial de Mantenimiento Constructivo, con gran peso en la
Agrupación de Contramaestre; RETOMED, COPEXTEL, la Oficina del Conservador de
la Ciudad, carpinteros de Camagüey, de la Fundación Caguayo; una empresa del
Ministerio de la Construcción especializada en metales; el CIMEX, Empresa
Eléctrica, Acueducto, y el apoyo del Poder Popular y el Partido...
"También es justo reconocer al personal de las dos instituciones: la
entidad de la música y Compay Thiago, que hoy se capacitan para difundir
adecuadamente el jazz."
Entonces, ninguna ocasión es mejor para celebrar dentro de algunas semanas,
aquí en Santiago de Cuba, del 21 al 23 de septiembre, el Festival Amigos del
Jazz, auspiciado por la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), la
Universidad de Oriente, la Revista CUBAY, con su presidente de honor: el músico
César López.
El encuentro, y por extensión el surgimiento del Iris Jazz Club es una idea
que la UNEAC ha acariciado como un sueño hace más de un lustro. Y al margen de
otras locaciones, es lógico que el "Iris..." será una de las sedes
principales donde cobre vida la creación musical e incesante de artistas
santiagueros.
Escrito por MsC. Miguel A. Gaínza Chacón